Quisiera ser un verbo algún día

Esta es la frase que profirió un compañero de un curso de alemán al enterarse de que en este idioma a los rayos-X se les llama Röntgen Strahlung (radiación Röntgen) en honor a su descubridor (Wilhelm Conrad Röntgen) y que el verbo para radiografiar es también röntgen. ¿A quién no le gustaría quedar inmortalizado, aunque sea en forma de verbo?

Aquí os dejo otros dos nombres que perdurarán a través de la palabra (para bien o para mal de de los susodichos), aunque ya no muchos se acuerden de donde provienen:

Linchar, por el Juez Charles Lynch, un plantador de Virginia y revolucionario americano, quien dirigió un juzgado del condado en Virginia para castigar a los partidarios de los británicos, extralimitándose es sus poderes. Este tipo de medidas, que pasaron a conocerse como Ley Lynch, fueron declaradas ilegales, pero justificables por la inminencia del peligro, siendo imitadas en otras partes del estado. El siginificado fue centrándose en la componente extralegal llegando al actual: Ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo.

Boicotear, por el Capitán Charles Boycott, un importante administardor de tierras en Irlanda, durante la llamada Guerra de la Tierra a finales del s.XIX, que se negó a reducir el precio de los arrendamientos a los granjeros, convirtiéndose en sujeto del ostracismo y primera víctima del boicoteo.

6 comentarios en “Quisiera ser un verbo algún día

  1. Quisiera ser…

    Siguiendo tu artículo, tengo in mente tres epónimos interesantes: “bártulos”, “(nudo) gordiano” y “(victoria) pírrica”.

    Los “bártulos” (m. pl.) son el equipaje de los universitarios («liar los bártulos» = trasladarse).
    Este sustantivo proviene del nombre BÁRTOLO, jurista italiano del S. XIV que a la escasa edad de veintiún años obtiene la “licentia docendi” en Bolonia. Refleja su fama el adagio “nullus bonus jurista, nisi sit Bartolista” (= no hay buen jurista si no es Bartolista).

    Se habla de “nudo gordiano” para referirse a una dificultad prácticamente insuperable («complicado como un nudo gordiano»).
    GORDIAS era un humilde campesino que criaba ovejas y cultivaba uvas, pero cuya gran inteligencia le hizo llegar a rey de Frigia (en la actual Turquía). Cuando subió al trono ató, con un nudo de difícil desate (el “nudo gordiano”), sus antiguas herramientas a un gancho en el templo de los dioses. Según los oráculos habían proclamado, sólo quien lograra deshacer el nudo se convertiría en emperador.
    Alejandro Magno, tras varios intentos fallidos para desatarlo, encolerizado cortó la cuerda con su espada (334 a. C.), exclamando que «ésa es la manera dictada por el sentido común de conseguir una cosa que se desea». De ahí, que cuando se supera alguna dificultad por el vil método de Alejandro se dice «¡He cortado el nudo gordiano!».

    En ciertos ambientes eruditos es cada vez menos frecuente escuchar la expresión “victoria pírrica” para aludir a un triunfo en el que se pierde más que se gana.
    PIRRO, rey de Epiro (Grecia), era un sagaz guerrero que logró vencer a las legiones romanas que se expandían por los lindes griegos, mas a un alto coste personal y material. Tanto que le llevó a exclamar «Una victoria más como ésta y estoy perdido», pues si todos sus hombres estaban muertos, ¿con quién iba a ganar?
    Conclusión: ganar sólo es un verbo.

    1. ¡¡Pero no nos hagas la competencia Erica!! Que aun van a este paso van a ser mejores los comentarios que los artículos xD

      Que no, es broma, te agradezco que nos ilustres con tus conocimientos.

      Por cierto, este artículo debería leerlo nuestro amigo Mark.

  2. Me alegro de que los comentarios te resulten instructivos.

    Sí, creo que a nuestro colega Mark le encantaría comprobar el eco que han tenido sus palabras.

    Podría ser tildada de pretenciosa si continúo con la lista de epónimos, ¿no? Tú dirás.

  3. En el castellano coloquial somos bastante más comedidos que los ingleses cambiando palabras de categoría gramatical. Ahora que estoy bastante metido en un videojuego de habla inglesa, veo la cantidad de barbaridades que se dicen para ahorrar tiempo tecleando, entre ellas, sustantivos que se vuelven verbos.

    Como ejemplo, cuando quieren decir «Vamos a matar al dragón.», ellos dicen «Let’s dragon.», lo que se podría traducir literalmente como «Vamos a dragonear.» Y bueno, si el dragón tiene nombre propio, desde luego que no dudan en verbalizarlo.

    1. Lo de let’s dragon, ya es una Exageración, pero sí, es verdad, que el inglés tiene una flexibilidad enorme a la hora de transformar nombres en verbos. To google, es el ejemplo que más me gusta, pero claro, guglear (googlear) no suena tan bien.

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