Expresiones que odio: En el último lugar en el que las buscas.

Uno de nuestros lectores, Almostel, también odia expresiones (o no tanto, que es muy cansado), así que se ha dignado a escribir un artículo sobre ello y enviárnoslo. Muchas gracias, Almostel, por tu colaboración, y a ver si esto anima al resto a seguir participando:

Yo odiar no odio ninguna expresión, que eso es muy cansado. Pero hay ciertas expresiones en el idioma castellano que se utilizan como grandes pozos de sabiduría y en realidad no dan ninguna información, si uno se pone en serio a meditar sobre el tema, pero lo acepta como un axioma (de mala suerte en el caso que nos ocupa) inevitable de este universo.

Pongámonos en situación. Necesitas encontrar un algo (cosa, cacharro, chisme, chiflito) importántisimo y te pones a revolver tu casa entera. Las carpetas, donde debería estar, la mesa donde es muy probable que estuviera, los cajones donde podría esperarse que estuviera, los armarios donde es muy poco probable que estuviera, los cajones donde es casi imposible que estuviera,el frigorífico… Hasta que finalmente aparece en cualquier lugar. Y cuando lo comentas viene alguien todo cargado de razón y te dice «Si es que las cosas siempre están en el último lugar en el que las buscas«.

¡Pues claro que estan en el último lugar en que las buscas! Porque cuando las encuentras, dejas de buscar, y por eso el sitio donde las encuentras es el último lugar en que las has buscado, aunque fuera un sitio donde ya habías mirado previamente y no las habías encontrado. ¿O acaso me creen tan estúpido como para buscar algo, encontrarlo, y seguir buscándolo?

5 comentarios en “Expresiones que odio: En el último lugar en el que las buscas.

  1. Jaja, esa expresión también me llama mucho la atención… yo la ocupo como un ejemplo de cosa-obvia-que-se-puede-decir-de-forma-mística. Y también como ejemplo de cómo la forma en que nos comportamos comprueba nuestras creencias y nos hace seguir pensando lo mismo (sobre todo con cosas relacionadas con la «suerte»).

  2. Gracias por tu artículo, Almostel. Yo también odio esta expresión.

    Por cierto, hay una actuación de Les Luthiers donde también se ríen de la expresión. No recuerdo ahora mismo cuál era.

  3. Me llamó la atención el segmento del texto en el que dices: «los cajones donde es casi imposible que estuviera», porque podría parecer un contrasentido a primera impresión, yo tengo entendido que sobre la posibilidad o imposibilidad no hay cuantificación sino es de forma absoluta (cosa redundante pero supongo que válida), así el «casi» tiene que significar algo más que una mera aproximación a cierto valor para que sea algo que contenga información positiva, porque en el caso de ser suprimida esa palabra («casi»), el texto resultaría en una falta de sentido al pensar en una situación de la cual se extraiga que buscas algo en un cajón del cual se tiene conocimiento que es imposible que estuviera dicho objeto buscado, al menos que tenga sentido bajo la forma de una organización memorística que no apunte a tener conocimiento previo de la posibilidad de que un cajón contenga el objeto buscado, sin embargo, también en una situación de ese tipo se estaría conteniendo un sentido que no es evidente, porque tendríamos que suponer que en el cajón es imposible de encontrar dicho objeto, pero también hay que suponer que buscamos algún objeto en ese cajón, y eso solo se comprendería dándole un sentido que no contenga el encontrar el objeto, es decir, para que ese segmento y el texto tenga sentido en general, hay que suponer algo que no está previsto en el texto de forma explícita, y eso es ambigüedad, entonces el texto sería; sin sentido, con sentido potencial (ambigüedad, porque dejaría en claro una falta de información), o podría ser directamente contradictorio.
    Creo que cuando escribiste «estuviera» no te referías a un pasado de la imposibilidad de encontrar dicho objeto en los cajones, pero aún así me hace pensar que quizás lo hiciste, porque el término «estuviera» incluido en ese lugar del texto no tiene un sentido unívoco ni tampoco apunta a una parte definida; ese término es potencial de interpretación. Ahora bien, suponiendo que hay una situación en la cual existe una imposibilidad de que en esos cajones esté el objeto que buscas, entonces podrías interpretar sin problemas el término «estuviera» como una diferencia en la posibilidad de que los cajones contengan dicho objeto, por lo que solo así me imagino una situación en la cual el texto tenga sentido (y no una ambigüedad en cuanto al sentido al jugar con las diferencias temporales de la posibilidad de éste), y ser ser así el caso, supongo que tu escrito es «no contradictorio», pero este juicio mío no resulta sin presuponer que estabas en un contrasentido o en una contradicción, y es que a veces parece que el sentido no está dentro de términos lingüísticos aislados del contexto, porque si bien la literalidad de cierto texto solo apunta, en cuanto su contenido, a un significado que es aparentemente independiente del contexto que lo articula (ya sea oral o textual); eso no dice que el cambio en el contenedor del sentido interno al que apunta un texto no se vea afectado. En cuanto a lo anterior, yo mantengo un dogma, si del cual es posible liberarme, me gustaría que alguien lo hiciera; sostengo que no hay forma de «entender» una falta distinción clara (racional) entre el significado de un texto y dicho contenedor susceptible a la forma en la cual es expresada (forma sujeta a la objetividad de las leyes empíricas), y creo en la absoluta diferencia entre el significado no sujeto a la expresión bajo la cual es referenciada de una mente a otra, creo que la referencia no es un mero nexo cuya única utilidad es la comunicación, sino que también es un distingo que es preciso no dejar de sostener entre, dentro de varias cosas, el sentido interno y el externo del las expresiones, porque hasta en la situación más tendenciosa a rebatir esta distinción es posible inclusión bajo estas dos formas del sentido, pongamos por caso un texto en el cual se hace referencia directa al estado actual del lector: «La persona que está leyendo esto tiene una ocupación espacial», aquí está en claro que la suposición es verdadera por atender a la espacialidad no definida del sujeto ocupante, cosa que sería imposible decir que es falsa por mucho que se defina, así el texto «La persona que está leyendo esto tiene una ocupación espacial que excede su posibilidad material de mantenerse comprimida en el espacio», es verdadera por fuerza, pero no así el significado del que es material el texto, éste sí es falso. En cuanto a la distinción entre los sentidos que contiene el significado de ese texto, se dejan ver ñ

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