Relatos a Ratos II

EDITADO: Ya ha acabado el plazo para entregar vuestros relatos. Agradecemos la participación. Aquí están los nuestros:

La barahúnda de recuerdos la inundó a medida que el pastor alemán levantaba más y más sus puntiagudas orejas. El planteamiento, los esbozos, las expectativas, las ilusiones, las esperanzas, la petición del crédito, la aceptación, la partida, y ahora…

Nunca se había interesado por nada, hasta hace poco. Entonces, ¿cómo le iba a decir a su hijo que no tenía la suficiente experiencia? ¿Cómo le iba a explicar que ese negocio no tenía futuro? ¿Cómo desilusionarlo si ni siquiera había empezado? Él mismo tenía que darse el golpe de realidad.

Por eso, cuando Toni colocó las orejas de esa manera que solo él sabe cuando alguien conocido se acerca, le confirmó lo que hacía tiempo ella ya sabía. El fracaso… e inevitable regreso al hogar.

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El pastor alemán levantó sus orejas para confirmarme lo que hacía tiempo yo ya sabía. Tim, como así se llamaba, llevaba años aguantando las torturas y peleas a las que nos sometía nuestro amo Johan, un pastor de Baviera. Pero ya estaba harto y había decidido hacerle frente, hacerle pagar por todo el sufrimiento que le había causado. Cuando lo oyó entrar por la verja de la granja se dispuso a atacarle, saltarle al cuello y destrozarle.

Lo que no podía imaginarse es que esto es lo que nuestro amo quería: torturaba animales solo para poder experimentar el placer de luchar cuerpo a cuerpo contra una bestia enfurecida. Aunque su cobarde idea de “cuerpo a cuerpo” incluía un cuchillo…

Entonces Johan, el pastor alemán, levantó sus orejas, de Tim claro, para confirmarme lo que hacía tiempo yo ya sabía: yo era el siguiente.

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ENTRADA ORIGINAL: Hemos decidido hacer esta segunda edición de Relatos a Ratos abierta a nuestros lectores. Se trata de escribir un relato corto, no daremos el tamaño exacto, pero no ha de ser kilométrico, inspirado en una frase. Será interesante ver qué diferentes enfoques le da cada uno. La frase, en esta ocasión es:

El pastor alemán levantó sus orejas sólo para confirmarme lo que hacía tiempo yo ya sabía.

Desde hoy hasta dentro de dos semanas, el miércoles 17 de Febrero, podéis colgar vuestras ideas como comentarios en esta entrada. Los nuestros los publicaremos al final del plazo.

7 comentarios en “Relatos a Ratos II

  1. Hala, pues ahí dejo lo que se me ocurrió, un poco largo pero es que empecé y fue todo seguido, no sé si estará muy bien que como es tarde no le he dado muchas vueltas. Ya me dirás lo que te pareció cuando nos veamos.
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    El pastor alemán levantó sus orejas sólo para confirmarme lo que hacía tiempo yo ya sabía: yo no era el único ser en aquella casa y no estaba loca. Había registrado minuciosamente todos los rincones, incurriendo en la ira de telarañas y tapices, descubriendo el color original del parqué y de las paredes enmohecidas, cada vez que el horrible sonido llegaba puntual a su cita: a las 3:45 de la mañana, todos los días desde mi traslado. Todo fue fruto de la casualidad, sino hubiera despertado sedienta el primer día probablemente jamás lo hubiera escuchado. No era un ruido fuerte, ni molesto pero tenía esa cualidad incómoda que te impedía olvidarlo, como cuando te desvelas de madrugada y te encuentras a la merced de algún mosquito chupasangre y no puedes conciliar el sueño hasta ver su cadáver con tus propios ojos. Aquel día seguí el ruido escaleras abajo, hasta la sala y rebusqué en vano por toda la habitación, que parecía reírse de mis esfuerzos. Desperté al día siguiente muerta de frío en uno de los sofás, envuelta en el silencio y la duda de saber qué había pasado en realidad la noche anterior. Los días posteriores se sucedieron de forma semejante, yo ponía el despertador para la hora en la que el sonido comenzaba y trataba de identificar su origen; la tarea se complicaba, guiándome hasta habitaciones diferentes y variando su aspecto, a veces se acercaba a un zumbido de una radio mal sintonizada y otras a un susurro entrecortado. Una semana más tarde la impaciencia me consumía, así como el sueño y el desánimo, comentado mi problema a los dueños de la casa recibí su visita, pero he aquí que ambos negaron escuchar nada en absoluto y me acusaron de emitir falsas quejas para pagar menos alquiler. Decidida más que nunca a probar que estaban equivocados, registré cada palmo de los viejos muros y busqué un hipotético sótano, hasta que lo vi claro: las tuberías, el ruido debía proceder de allí, podía haberse quedado algo atascado, eso tenía que ser. Mi alegría duró hasta que las revisaron sin éxito alguno, levantando más y más quejas de los propietarios y rumores acerca de mi cordura en los alrededores, pero no, están todos equivocados, la reacción del perro apoyaba mis oídos, total, los dueños estarían medio sordos a sus años ya. Muy agradecida por su colaboración, lo llevé desde mi habitación a la sala para obsequiarlo con los restos de la cena, que engulló con rapidez, moviendo la cola y luego subió otra vez escaleras arriba. Una nueva sospecha cobró forma, no eran las tuberías, seguro que se trataba de las paredes, una puerta tapiada quizás, en alguno de los muros. Había llegado el momento de tomarse las cosas en serio, no podía contarle a los viejos inútiles lo que iba a hacer. ¡Las derribaría todas si era necesario!

    En la habitación en penumbra, el pastor alemán daba vueltas alrededor de la cama,“si hace un rato estaba justo ahí”, pegó el hocico al suelo buscando el rastro enemigo y se maravilló de no encontrar nada. De pronto giró a la izquierda y ahí estaba, justo delante otro perro lo miró a los ojos, levantó las orejas y enseñó los dientes en señal de desafío, encuadrado en el marco de un espejo.

  2. Desafiante el pastor alemán, mi confidente, mi amigo… levantó sus orejas sólo para confirmarme, lo que hacía tiempo yo ya sabia…y a pesar de ello me negaba a admitir… estaba enamorándome….. y él también.
    Basta una mirada, para entender lo que sus ojos me cuentan, sobran los ladridos….. Algo faltaba en nuestras vidas y apareció ella…..
    Cada vez que Marta, nuestra nueva vecina nos saluda , se cruzan nuestras miradas cómplices ….los dos temblamos…. creo que estamos enamorados de la misma chica !Viva la amistad!

  3. He tenido que cambiar el tiempo verbal de la frase para que pudiese ajustarse a mi relato, escrito en tercera persona. Disfrutad de él.

    Y ahora como diría el gran Homer Simpson: «¡Cortinita de estrellas!» (asteriscos en este caso) y que empiece el show

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    Había sido una mañana bastante extraña, por no decir fría y molesta además. Se había levantado temprano, a las ocho o nueve de la mañana, para estudiar un poco para sus exámenes de universidad.

    A pesar de que había abandonado su piso en Santiago ayer a la tarde, eso no implicaba que al salir de él sus vacaciones de carnavales fuesen a pasar de unas vacaciones de estudio y trabajo duro, a unas distendidas vacaciones de carnavales.

    Lo realmente extraño fue que la tarde anterior, mientras estaba en la estación esperando el transporte ferroviario que lo acercaría a su ciudad natal Vilagarcía de Arousa, se había sentido extrañamente vigilado. No podría asegurar quien, ni donde estaba, y mucho menos el porque, pero no podía dejar de tener aquella extraña sensación. Seguramente sentía aquello porque se consideraba una persona inteligente y un aventajado alumno de físicas (y no era ser vanidoso, es que realmente lo era); sentirse una persona tan valiosa probablemente lo incitase a percibir aquella extraña sensación de sentir sus movimientos vigilados. Así que decidió olvidarlo y subió al tren que recientemente había llegado de La Coruña, y que ahora se dirigía a Vigo con parada en Vilagarcía, la ciudad en la que vivía él. Durante el tren, sus pensamientos perdidos entre sus estudios y una interesante sección de relatos cortos (titulada “Relatos a Ratos”) que regentaba en su blog “Un arácnido, una camiseta”, le habían hecho olvidar por un momento aquella percepción tan sumamente ilógica. Un amigo suyo, Hels (no era su nombre verdadero obviamente) le había prometido un interesantísimo relato. Pero cuando se levanto de su plaza en el tren, volvió a sentir lo que en la estación compostelana. E igual mientras cogía el taxi que lo llevaría a casa.

    Durante la noche, en su casa de Rubianes, no había sentido nada. Había cenado con sus padres, había visto un poco la tele y jugado con sus pastores alemanes Tina y Laika, y nada había sucedido. Pero al despertarse al día siguiente otra vez esa molesta vigilancia sobre él. A la tarde había quedado con el propio Hels, que le había dicho que tendría un jugoso relato a la noche en su blog, y de nuevo había eliminado la extraña presencia. Pero al volver y encontrarse solo en casa, primero estudiando y luego leyendo el relato de su amigo, nuevamente aquella presencia misteriosa. Se encontraba en el salón, junto a la chimenea con el fuego prendido, y con uno de sus pastores alemanes (jóvenes por cierto) a su lado. Entonces, el pastor alemán levantó sus orejas sólo para confirmarle lo que hacía tiempo el ya sabía: había una presencia vigilándolo, y había estado todo el día anterior desde la estación de santiago cerca de el. No quería pero levantó la cabeza, y lo que vio no le gustó nada…Allí estaba, grande y terrorífico,lo habían mandado ellos… Habían regresado a por él, e hiciese lo que hiciese, no se salvaría de su opresiva insistencia. Jamás en toda su vida lo lograría, volverían aunque escapase hoy. Jamás lograría huir de…

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    Dedicado a mi colega Eosar, que me impulso a escribir este breve pero interesante relato en tan solo 35 min (aproximadamente) y que espero os guste mucho…

    P.D.: Me gusta el de Carlos… muy ilustrativo. XD

  4. Hala, xa o teño. Disculpade a tardanza excesiva e innecesaria:

    Era una tarde fría y terriblemente húmeda. Una de esas tardes en las que debería quedarme en casa junto al fuego para que mi reuma no se resintiera. Sin embargo, mis obligaciones me impedían seguir mi plan original de sentarme en mi butaca y terminar mi novela, plan que se vio frustrado en cuanto recibí el mensaje: “Hazle una visita al padre Müller”. Ambos sabíamos lo que eso significaba.
    Llegué a la residencia Müller sobre las cinco. La señora Müller me acompañó hasta el estudio de su marido. Jan me recibió con una sonrisa radiante y me ofreció algo para tomar. Sólo café, gracias. Me preguntó a qué se debía mi visita, a lo que respondí que tratara de adivinarlo. Empezó a balbucear incoherentemente, mientras evitaba mis ojos, gimoteando que no sabía de qué estaba hablando. Los gestos del pastor alemán me confirmaron lo que yo ya sabía, y así se lo hice saber. Se derrumbó al instante. Él no quería hacerlo, las circunstancias lo habían obligado, él era inocente. “Por favor, no me delates” – dijo – “Si él se enterase, sería mi fin”. Le prometí que hablaría con él, lo intentaría convencer. Se arrodilló dándome las gracias, sin dejar de llorar en ningún momento.
    En cuanto salí por la puerta, me metí la mano en el bolsillo interior de la gabardina y pulsé el botón de stop de la grabadora. Me convencí a mi mismo de que la mentira acabaría llevando a un bien mayor. Si tolerásemos estos comportamientos, nuestra religión lo pagaría, nuestros feligreses no nos aceptarían como sus guías espirituales, lo que podría desembocar en la pérdida de su fe y la condenación de su espíritu. Yo era el encargado de que eso nunca ocurriera, aunque para ello tuviese que manchar mi alma.

  5. Bien, entre tan buenos relatos, un inciso…recomiendo este libro.

    Diario: Divagaciones….

    Hoy he terminado el libro “Maldito Karma” de David Safier.
    Hoy me he mirado en el espejo y mi pensamiento discurre…el karma, el alma, las sucesivas reencarnaciones del ser en otro cuerpo (un libro divertido-pienso-); una idea que sólo pudo surgir en una cultura que se detienen en el detalle, entre gentes que tienen tiempo para contemplar el mundo, la naturaleza, los animales y para decidir cual de todas las especies tiene una vida más miserable, cuál es la escala? Cuál la más o la menos evolucionada hasta llegar al hombre? Ufff y a la vez…
    Me miro en el espejo, me han salido unos pelos blancos en mis cejas, pienso que me vuelvo cada día más vieja y.. los ojos de mi gata se cierran y vuelven a abrirse detrás de su blanco bigote, en clara señal de comprensión de mi pensamiento…
    Mosqueada, vuelvo a mirarme al espejo y efectivamente noto como el tiempo no perdona: mis ojos castaños van perdiendo la vivacidad de la juventud y se vuelven más melancólicos, mi pelo canea y el contorno de mi rostro se hace más indefinido(suspiro).. busco instintivamente a mi perro al otro lado del espejo, me observa con sus ojos tristes, su hocico canoso y su pelaje sin brillo.. El pastor alemán levantó sus orejas sólo para confirmarme lo que hacía tiempo yo ya sabía: Maldito paralelismo entre amos y mascotas!!! o Maldito karma!!!!

  6. Llego tarde, lo cierto es que fue más la vergüenza que otra cosa la que me impidió escribir. Lo hago ahora, cuando espero que ya sean pocas las miradas que puedan leerme y fuera de plazo. Gracias por la oportunidad Eosar.

    ***

    El pastor alemán levantó sus orejas sólo para confirmarme lo que hacía tiempo yo ya sabía,,, venía a buscarme.

    ¡Perro negro de Satanás, márchate!

    Pero no se fue.

    No sin mí.

    Contemplé mis recuerdos. Saboreé los dulces y también los amargos. Miré mi vida en retrospectiva y me sentí viejo. He vivido mucho. He soportado los tormentos del azar demasiado tiempo. Estoy cansado.

    De nada sirve negar una verdad si la sabemos todos.

    El pastor alemán levantó sus orejas sólo para confirmarme lo que hacía tiempo yo ya sabía,,, venía a buscarme.

    Me fuí con él.

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