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David gana el Rosco de Pasapalabra, ¿y tú?

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Hace poco se emitió el programa de Pasapalabra en el que David se llevaba el Rosco. ¿Serás tú capaz de hacerlo también? Inténtalo (para revelar cada palabra, arrastra el puntero del ratón).

David, si me estás leyendo, comparte conmigo tus mazos de Anki, anda.

Letra Definición Palabra
a Estar en combustión. arder
b Grupo de personas unidas para cometer fechorías. banda
c Concreción mineral o de materia orgánica que se forma anormalmente en ciertos órganos como el riñón. cálculo
d Historia de lo ocurrido en diez días. decamerón
e Abertura en una prenda de vestir por la que asoma el cuello y parte del pecho o de la espalda. escote
f Estructura sólida empleada para inmovilizar una parte del cuerpo en caso de fractura o luxación. férula
g Apellido del músico y cineasta que dirigió y protagonizó la película Búfalo ’66. Gallo
h Cualidad o comportamiento de héroe. heroicidad
i Malestar o enfermedad producidos por una exposición excesiva a los rayos solares. insolacón
j Molusco cefalópodo del género sepia de cuerpo oval con una concha caliza en el dorso cubierto por la piel. jibia
l Se aplica a la persona entregada al vicio, particularmente en el aspecto sexual y a su vida o conducta. lascivo
m Grupo musical español integrado por Leonor Watling y Alejandro Pelayo al cual pertenece el álbum «El porvenir» Marlango
n Nube grande y negruzca. nubarrón
-ñ- Título de honor que concede el papa a determinados eclesiásticos. monseñor
o Cada una de las dos piezas de la gorra que cubren las orejas. orejeras
p Pluma de escribir. péndola
-q- Embobado o pasmado mirando algo. boquiabierto
r Rescate, dinero que se da para redimir a un cautivo. ranzón
s Carta o documento en que se pide algo de manera oficial. solicitud
t Informalmente, gripe. trancazo
u Sección de los hospitales en que se atiende a los enfermos y heridos graves que necesitan cuidados médicos inmediatos. urgencias
v Persona sujeta a la dependencia de un señor en la organización feudal. vasallo
-x- Despachar billetes de ferrocarril o de espectáculos. expender
y Virus informático que permite introducirse en el sistema operativo de un ordenador troyano
z Arte de la cría, multiplicación y mejora de los animales domésticos. zootecnia

Las 3 normas para escribir como ovejas

Todo comenzó con este tuit. Puede que solo pienses en Matías Prats y sus chistes al dar noticias, te rías (o no) y cierres el enlace. Pero algo me chocó visualmente, ¿también lo veis?

“Enveeeejecen” suena raro. ¿No os sale más natural decir “envejeeeecen”, con la “e” prolongada a lo oveja en la sílaba tónica? Decidlo en alto, probad con: «enveeeejecen» y luego con «envejeeeecen». Tras planteárselo a eoSar, mi compañero de este blog, me dijo que seguramente han puesto “enveeeejecen” porque “veeee” es más ovejuno que “jeeee”. Bien visto. De todas formas, necesitaba encontrar información sobre el tema a través de fuentes oficiales y nada encontré.

El siguiente paso Seguir leyendo Las 3 normas para escribir como ovejas

El crucigrama de Schrödinger

¿Sabes que hubo un crucigrama que predijo quién ganaría las elecciones entre Clinton y Bob Dole en 1996? La definición 39 preguntaba por el titular de todos los periódicos al día siguiente:

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Pues menuda estupidez, pensarás. O es algo falso, o fue publicado después de las elecciones o simplemente tuvo suerte, al fin y al cabo, solo había dos opciones, acertar era tan fácil como fallar. ¿Pero y si te digo que tenía un 100% de probabilidades de acertar? ¡Conspiración! ¿Encuestas? No, nada eso, ¡simplemente un buen uso de las palabras! Seguir leyendo El crucigrama de Schrödinger

Hoxe morro

Me acabo de encontrar con este cartel indicando el menú en un bar en Ourense: hoxe morro

Me quedé muy preocupado al principio, hasta que lo razoné. Para los que no sabéis gallego, que lectores de este blog sois muchos, hoxe morro significa tanto hoy me muero, que fue lo primero que entendí, como hoy hay morro (se entiende que para comer). Me falta saber si lo hicieron a propósito o no, de cualquier manera, ¡bravo!

(de nada, Estrella Galicia, por la publicidad gratuita que te hago)

Pues no he descubierto un nuevo dinosaurio

Un colega me envió este chiste:

«My new thesaurus is terrible. Not only that, but it’s also terrible.»

Y ahí fue cuando, tras haber leído mil veces la palabra thesaurus en inglés, me empecé a cuestionar el hecho de que se trataba de un tipo de dinosaurio. Poco a poco se empezaban a iluminar recuerdos en mi cabeza en los que el supuesto lagarto gigante nunca tenía sentido en su contexto.

thesaurus

Así pues, tras una minuciosa investigación de 0,28 segundos, descubrí que thesaurus significa algo para lo que en español no tenemos una palabra concreta (o al menos, que se use): un diccionario de sinónimos. Y así, el chiste del principio cobraba sentido:

«Mi nuevo diccionario de sinónimos es malísimo. No solo eso, sino que también es malísimo.»

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Reciprocidad

Os dejo aquí con un poema de Wisława Szymborska titulado Reciprocidad, que me tenía que gustar porque me gusta la reciprocidad y me gusta que me guste:

Hay catálogos de catálogos.
Hay poemas sobre poemas.
Hay obras de teatro sobre actores representadas por actores.
Cartas motivadas por cartas.
Palabras que sirven para explicar palabras.
Cerebros ocupados en estudiar el cerebro.
Hay tristezas contagiosas al igual que la risa.
Hay papeles que provienen de legajos de papeles.
Miradas vistas.
Casos declinados por caso.
Grandes ríos con gran participación de otros pequeños.
Bosques hasta sus bordes desbordados de bosque.
Máquinas destinadas a construir máquinas.
Sueños que de repente nos arrancan del sueño.
Salud necesaria para recuperar la salud.
Escaleras tan hacia abajo como hacia arriba.
Gafas para buscar gafas.
Inspiración y espiración de la respiración.
Y ojalá de vez en cuando
odio al odio.
Porque a fin de cuentas
lo que hay es ignorancia de la ignorancia
y manos ocupadas en lavarse las manos.

Wisława Szymborska, Wystarczy

10 razones para empezar a coleccionar palabras

Siempre me ha gustado coleccionar, supongo que como a todo el mundo. Aunque algunos no lo quieran admitir, posiblemente coleccionan algo sin darse cuenta, ya sean números de teléfono de ligues, recetas de cocina o títulos académicos, por no mencionar las más frecuentes, como las colecciones de sellos o de monedas.

Septiembre es el mes de las colecciones y los publicistas lo saben. Termina el verano, vuelve la rutina y nos planteamos si hemos mejorado algo. Como seguramente no somos lo que queríamos ser, empezamos una nueva afición. ¡Qué casualidad! ¡Justo comienza esta revista una colección de minerales! ¡Y el primero por solo 2,99€! Y no aguantarás hasta el último número. Es más, apostaría a que los que hacen las colecciones solo tienen los primeros números, no se esperan que nadie siga tanto. Pero, ¿dónde empieza y termina este círculo vicioso? ¿Son las empresas las que anuncian estas colecciones porque saben que en septiembre es lo que queremos? ¿O somos nosotros los que empezamos a coleccionar porque ellos así lo anuncian?

En cualquier caso, ya en octubre, me he planteado comenzar la más interesante de todas las colecciones. Tiene las características de toda una buena colección y muchas más que la hacen idónea. Voy a empezar a coleccionar palabras. Ahora, al más puro estilo página web que solo busca visitas (como ya he hecho con el título de esta entrada), voy a elaborar una lista de…

10 RAZONES PARA EMPEZAR UNA COLECCIÓN DE PALABRAS

    1. Ya tienes unas cuantas. ¿Qué mejor manera de empezar una colección que teniéndola ya bastante avanzada? Lo que darían los amantes de la filatelia por empezar su andadura con un buen puñado de sellos comunes y algunos de los más especiales y bonitos que nunca se van a encontrar. ¡Así es el bagaje de palabras que tú y yo tenemos!
    2. Salen nuevas a menudo. Aunque el objetivo sea completar la colección, es utopía, sirve para avanzar. Cuando un coleccionista termina una colección, siente una oximorónica plenitud vacía. ¿Y ahora qué? Con las palabras, nunca te sucederá esto. Además de que el elenco de palabras a coleccionar es enorme, cada día salen algunas nuevas. ¡Y no solo eso! En cada lugar se dicen de una manera, pero no me refiero solo a los distintos idiomas, sino también a los regionalismos. ¿Acaso sabes qué es una carraña? Toma, te la regalo para tu colección, aquí se usa mucho.
    3. Vas a tener en tu colección algunas muy antiguas. Al igual que un coleccionista de monedas puede encontrarse con una de imperios ya olvidados, ¡tú puedes bucear en viejos libros y encontrar algunas palabras escondidas! Es más, muchas de las palabras que ya tienes y utilizas provienen de tiempos ancestrales.
    4. Todos los días puedes ampliarla. Tu colección de palabras puede crecer cada día si te lo planteas. No hagas oídos sordos a ese nuevo término que sale en el periódico. Busca su significado y empieza a usarlo. Seguramente a partir de ese momento lo verás más a menudo y en seguida estará en las primeras páginas de tu álbum de palabras.
    5. Se pueden clasificar de muchas maneras. A los coleccionistas, además de coleccionar, les gusta clasificar. ¡Vamos a poner los sellos por fechas! Y una vez colocados, ¡mejor los ponemos por colores! ¿Tiene sentido? ¡No! ¡Por fechas quedaban mejor! ¿Y si los ponemos por regiones? ¡Con las palabras sucede lo mismo, y tus criterios para clasificarlas pueden ser muy variopintos! Por frecuencia de uso, por orden alfabético, por disciplina, por categoría gramatical, por número de sílabas, por número de letras, por su valor en el Scrabble o por lo bonitas que te parezcan.
    6. Se te olvidan. Redescubrir una palabra transmite casi las mismas sensaciones que cuando salen palabras nuevas.
    7. Se pueden usar. Al contrario de lo que sucede con muchas otras colecciones, los elementos de esta se pueden usar. Es más, usarlos ayudará a reforzarlos, no se desgastarán ni perderán su preciado precinto.
    8. Unas llevan a otras. Imagínate un coleccionista de minerales y rocas que tras añadir granito a su colección al lado se le apareciese un puñado de oro. Las palabras son así, unas te enlazan con otras, ya sea a través de su definición, etimología o a base de investigar en ese campo concreto del conocimiento.
    9. Todo el mundo las colecciona. Nada más quiere un coleccionista que compartir su afición con los demás. Todo el mundo tendrá su propia colección de palabras y hasta las podréis intercambiar.
    10. Puedes crear las tuyas propias. ¡Qué mejor manera de seguir ampliando tu colección que creando tus propias palabras! Puede que nunca lleguen a extender su uso, pero tú y tu círculo de allegados tendréis una edición limitada de veinte copias de una palabra que solo vosotros entendéis.
    11. Es muy barato. Porque no podía faltar la razón extra para terminar la lista. ¡Coleccionar palabras es muy barato! Olvídate de dejarte la pasta en fascículos y en objetos para guardar tus objetos de colección: tus palabras las llevarás contigo siempre.