1984

Acabo de terminar la novela de George Orwell, 1984, en la que, entre otras cosas, introduce el concepto de la neolengua. La neolengua sería una versión simplificada de la lengua con el fin de dominar el pensamiento de sus hablantes, ya que elimina muchos conceptos y evita ambigüedades para que no se pueda leer entre líneas, entre otras cosas. Como ejemplo, esta cita:

– La destrucción de las palabras es algo de gran hermosura. Por supuesto, las principales víctimas son los verbos y los adjetivos, pero también hay centenares de nombres de los que puede uno prescindir. No se trata de sinónimos. También los antónimos. En realidad, ¿qué justificación tiene el empleo de una palabra solo porque sea lo contrario de otra? Toda palabra contiene en sí misma su contraria. Por ejemplo, tenemos «bueno». Si tienes una palabra como «bueno», ¿qué necesidad hay de la contraria, «malo»? «Nobueno» sirve exactamente igual, mejor todavía, porque es la palabra exactamente contraria a «bueno» y la otra no. Por otra parte, si quieres un reforzamiento de la palabra «bueno», ¿qué sentido tienen esas confusas e inútiles palabras «excelente, espléndido» y otras por el estilo? «Plusbueno» basta para decir lo que es mejor que lo simplemente bueno y «dobleplusbueno» sirve perfectamente para acentuar el grado de bondad. Es el superlativo perfecto. Ya sé que usamos esas formas, pero en la versión final de la neolengua se suprimirán las demás palabras que todavía se usan como equivalentes. Al final, todo lo relativo a la bondad podrá expresarse con seis palabras; en realidad una sola. ¿No te das cuenta de la belleza que hay en esto, Winston?

1984, George Orwell.

9 comentarios en “1984

  1. Me hace gracia que hables de esto ahora, que llevo varios días dándole vueltas a como crear un idioma más fácil mezclando los tres que conozco (español, inglés, francés). Sin embargo, creo que el castellano tiene un gran léxico (especialmente en el número de formas verbales que tiene) así que los cambios serían, en mi opinión, a peor. Pongo un ejemplo: intentemos traducir a la neolengua el comienzo de «Cien Años de Soledad»:
    «Aureliano Buendía había de
    recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo»
    Se podrían cambiar cosas (tarde: nodía, hielo: fríaagua,etc) pero, aunque sería hipotéticamente comprensible, no creo que fuese tan «literario»
    El libro (1984), una gozada, por cierto.
    Un saludo

    1. Aureliano Buendía iba tener memoria de la tarde lejos en-tiempo-que padre de-él mover él para ver en tiempo-uno el aguafría. 😉

      (Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde lejana cuando su padre lo llevaría para ver por vez primera el hielo)

  2. Hay una anécdota de eso, aunque no estoy seguro de si es verdad. Aparentemente Orwell decidió viajar a Francia con el objetivo de aprender a hablar francés, y se quedó en casa de unos amigos. Sin embargo, resultó que los miembros de esa familia eran firmes esperantistas, tanto que se negaban a hablar en francés en el hogar, únicamente usaban el Esperanto, el auxlang de Zamenhof.

    En parte motivado por perder su oportunidad de practicar el francés, Orwell se volvió todo un enemigo del Esperanto, y por eso hizo que su libro tuviera una lengua artificial «maligna» que, en algunos aspectos, estaba influenciada por el Esperanto. La palabra Nobueno para «malo» («ungood» en la versión inglesa) es completamente análoga a , «malo» en esperanto (formado por el prefijo «mal-» que significa «contrario/anti-/in-» y «bona» = bueno).

    Sin embargo, el Esperanto sí que tiene palabras individuales para cosas como fantástico (fantasta) o maravilloso (mirinda… sí, como la bebida).

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