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Nosotros

– ¡Bah, abandone su ciencia! La ciencia no es más que cobardía. Ustedes no pretenden más que rodear lo infinito con un pequeño muro y al mismo tiempo tienen miedo de mirar más allá del muro. Sí, señor. Y cuando echan una mirada al otro lado, cierran los ojos.

Nosotros, Yevgeni Zamiatin

La carretera

Desde luego. Cuando todos hayamos desaparecido entonces al menos no quedará nadie aquí salvo la muerte y sus días también estarán contados. En medio de la carretera sin nada que hacer y nadie a quién hacérselo. Dirá la muerte: ¿Adónde se han ido todos? Y así es como será. ¿Qué hay de malo?

La carretera, Cormac McCarthy

Tres reglas para escribir una novela

Hay tres reglas para escribir una novela. Desgraciadamente, nadie las conoce.

William Somerset Maugham

Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Allí al menos pude contemplarle a mis anchas. Era la primera vez que le veía, de eso estaba seguro. Como ya he dicho, era de una corta estatura. Me sorprendió además en él la expresión extraña de su rostro, la rara combinación de actividad muscular y aparente debilidad de constitución y, finalmente, y no en menor grado, el extraño malestar que causaba su proximidad. Provocaba algo semejante a un escalofrío incipiente al que acompañaba una notable disminución del pulso. En aquel momento lo achaqué a una repugnancia puramente natural y de idiosincrasia, y simplemente me asombré ante lo agudo de los síntomas. Pero desde entonces he hallado motivos suficientes para creer que la causa era mucho más profunda, que se enraizaba en la naturaleza misma del hombre y que respondía a algo mucho más noble que el simple principio del odio.

El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, R.L. Stevenson.

Cierra paréntesis

Odio cuando la gente se olvida de cerrar el paréntesis (algo como lo que estoy haciendo ahora. Luego ponen un punto y tú crees que el paréntesis sigue, pero no, y lo empiezas a leer todo con «tono paréntesis» en tu cabeza, es decir, pensando más bajito y dándole menos importancia. Hasta que diez mil párrafos después te das cuenta de que nunca va a aparecer el preciado «)» que te dejará volver a leer normalmente. Te enfadas y escribes esto.

La dama del Viento Sur

la dama del viento sur

Y ella, Olga, supo por mí que en cierta ocasión incluso llegué a hacer lo inaudito con tal de estar cerca de algo suyo: me refiero a su dentista, a ir a su dentista -dijo Hans-, una de las formas más perfectas y asépticas de suplicio.

Max Bronte nos envía esta cita de La dama del Viento Sur de Javier García Sánchez.  Obra que según el crítico Rafael Conte (El País) es «La novela de amor más terrible de la literatura española de los últimos lustros».

Doble positivo

En la clase de lengua, el profesor dijo: «En español, una doble negativa sigue siendo negativa. Sin embargo, en otros idiomas, como el inglés, una doble negativa forma una positiva. Pero, no hay ningún idioma en el que una doble positiva forme una negativa.».

Del fondo de la clase se oye la voz escéptica de un alumno que responde: «Sí, claro…».