Todos, en algún momento de nuestra vida, nos hemos preguntado el porqué de los símbolos químicos que no empiezan por sus iniciales. Cuando empiezas a estudiarlos, todo contento vas leyendo: «H para hidrógeno, bien, He para helio, genial, esto es facilísimo, Li para litio, vale, ¿pero qué? ¿K para potasio? ¿S para azufre? ¿Hg para mercurio? Bah, yo os maldigo profesores de química.»
Y como no, todo tiene su explicación.