Foto de un bebé rezando para captar tu atención.

De pequeño tenía que ir a catequesis. No poseía demasiado espíritu crítico por aquel entonces, así que simplemente decía que sí a todo y repetía las cosas como un loro. Lo mismo sucedía con las oraciones que teníamos que aprendernos. En mi cabeza no eran más que una serie de sonidos seguidos sin demasiado significado. De hecho, era muy común que sin querer todos hiciésemos algún que otro calambur, es decir, una modificación de las sílabas de una frase haciendo que cambie el significado, como el famoso «plata no es/plátano es».

Aquí van algunas:

¡Alabaré! y ¡a la Baré!

La canción reza así «alabaré, alabaré, alabaré a mi Señor». ¿Dónde estará ese extraño sitio llamado Baré? ¿Por qué tenemos que ir todos a la Baré?

Dánosle hoy y danos Leoy

Llegado un momento del Padre Nuestro se dice algo así «el Pan nuestro de cada día dánosle hoy». Hay quién se preguntaba quién era este Leoy del que nunca más se oía una palabra.

Seguro que se te ocurren más ejemplos graciosos que compartir con nosotros.

En esta sección recopilamos anécdotas sobre frases, expresiones o conceptos que de pequeños interpretábamos de una manera, sobre todo por culpa de algunos entresijos en el lenguaje, pero al final nos dimos cuenta de que no era cómo parecía. Yo de pequeño pensaba que las pastas de té estaban hechas de té, que una nimiedad era por lo que se decidían las cosas importantes y conozco a quién algo que ofende le parece de emigrante.