Obviedades y redundancias publicitarias

Todos sabemos que la publicidad trata de vendernos algo como lo mejor, ya sea una idea o un producto. Y para ello, suele recurrir a esas categorías de las palabras que tanto sirven para adornar, como los adjetivos y los adverbios, pero que al final no significan nada, en cuanto a estos productos o ideas se refiere, claro.

Había pensado en bajar un momento al supermercado para buscar ejemplos de a lo que me refiero, con una libretita, pero ha bastado simplemente con echar un vistazo por el piso. Además, temía que me consideraran de la competencia por estar tomando notas y me mandasen a seguridad. Por supuesto, no voy a hacer mención de las marcas, no vaya a ser que su desfachatez les acabe compensando gracias a la innumerable cantidad de visitas de este blog.

Me hace gracia algo que pone en la mayoría de los productos para la piel, por ejemplo, geles o cremas. Casi todos vienen con un rótulo bien grande que dice: DERMATOLÓGICAMENTE PROBADO (o en el peor de los casos, testado). Es un producto para la piel, ¿en dónde demonios ibais a probarlo entonces? ¿auditivamente probado?

Siguiendo con los productos de higiene un poco más, he visto varias cremas de afeitar que ponen: ESPUMA SUAVE. ¿Alguien conoce una espuma que no sea suave? ¿Quién se afeitaría con esa supuesta espuma dura?

«Su fórmula concentrada permite lavar HASTA 4 VECES MÁS, dejando un agradable olor.» ¿Hasta 4 veces más que qué? ¿4 veces más que un mandril? ¿4 veces más que la mierda de producto que me vendíais antes? ¿4 veces más gastando 4 veces más producto? ¡Comparádmelo con algo! O mejor no. Porque luego lo estropeáis. Como con aquel anuncio de zumos, en los que el narrador, muy convincente decía: «Usted puede encontrarse en el supermercado con el ZUMO A, con el 5% de zumo, o el ZUMO B, con el DOBLE de zumo.» ¡Guau! Gracias. Qué exceso de zumo, el 10%, no sé si podré con tal concentración.

«Son un aperitivo recomendado por la calidad de su contenido nutritivo y biológico.» Contenido biológico. Ahá. Como normalmente la gente se come cosas no biológicas, pues es bueno destacar ese aspecto.

En fin, mis queridos y amados lectores, no nos dejemos engañar con bonitas palabras, porque luego no significan nada.

3 comentarios en “Obviedades y redundancias publicitarias

  1. Te pongo un ejemplo que me hacía mucha gracia del Corte Inglés (y sí, pongo la marca). En la publicidad del Corte Inglés de las segundas rebajas decían: ¡ATENCIÓN! ¡¡Primero llegamos al 50% de rebajas pero ahora somos tan guays que os hacemos un 20% más de rebaja sobre el precio ya rebajado!!

    Evidentemente, no recuerdo las palabras exactas, pero lo que querían es hacerte ver que hacer un 20% de descuento sobre un 50% de descuento previo era la caña, comparándolo sin hacerlo, con hacer un 70% de descuento directamente. Pero, hagamos cuentas:

    Supongamos que algo cuesta 100 euros. Si le hacen el 50% de descuento, valdrá 50 euros. Si a esos 50 euros le aplicamos el 20% de descuento, quedaría en 40 euros.

    Si le hicieran el 70% de descuento a algo que cuesta 100, el precio sería 30 euros.

    Las cuentas claras y el corte…inglés.

    1. Muy pillos ellos con las matemáticas.

      Pero si nos ponemos quisquillosos podemos denunciarlos vilmente por engañarnos, con esas REBAJAS del -50%. Si te rebajan algo en un -50% en realidad te lo están aumentando. ¡Céntrense! O me rebajan en porcentaje positivo o me aumentan en porcentaje negativo.

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