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Redundando ando

Tanto en los medios como en el ámbito cotidiano se utilizan numerosas expresiones redundantes, que demuestran un uso inadecuado de la lengua (reprochable sobre todo en el caso de los periodistas). Algunos ejemplos son:

Nexo de unión: es una reiteración innecesaria, ya que nexo significa unión, lazo.
«La fiesta es el nexo de unión entre los vecinos del barrio.»

Allanamiento ilegal: el allanamiento de morada está contemplado como acto delictivo, por tanto es, de por sí, ilegal.

Cuartel militar: normalmente solo puede referirse a los militares, constituyendo una redundancia.
«Un cuartel militar de Madrid, en cuarentena por la nueva gripe.»

Prever con antelación: prever ya significa ver con anticipación.
«… por primera vez en la historia de la humanidad se puede prever con antelación una posible pandemia…»

Erario público: erario hace referencia a los bienes del Estado, al fisco público, haciendo redundante entonces esta expresión.
«Esta adjudicación directa ha perjudicado al erario público

¿Qué opináis de estás reduncancias? ¿Os parecen tan atroces como a mi? ¿Conocéis más casos?

Basado en diversos artículos de la revista «Donde dice…» de la FUNDEU.

Obviedades y redundancias publicitarias

Todos sabemos que la publicidad trata de vendernos algo como lo mejor, ya sea una idea o un producto. Y para ello, suele recurrir a esas categorías de las palabras que tanto sirven para adornar, como los adjetivos y los adverbios, pero que al final no significan nada, en cuanto a estos productos o ideas se refiere, claro.

Había pensado en bajar un momento al supermercado para buscar ejemplos de a lo que me refiero, con una libretita, pero ha bastado simplemente con echar un vistazo por el piso. Además, temía que me consideraran de la competencia por estar tomando notas y me mandasen a seguridad. Por supuesto, no voy a hacer mención de las marcas, no vaya a ser que su desfachatez les acabe compensando gracias a la innumerable cantidad de visitas de este blog.

Me hace gracia algo que pone en la mayoría de los productos para la piel, por ejemplo, geles o cremas. Casi todos vienen con un rótulo bien grande que dice: DERMATOLÓGICAMENTE PROBADO (o en el peor de los casos, testado). Es un producto para la piel, ¿en dónde demonios ibais a probarlo entonces? ¿auditivamente probado?

Siguiendo con los productos de higiene un poco más, he visto varias cremas de afeitar que ponen: ESPUMA SUAVE. ¿Alguien conoce una espuma que no sea suave? ¿Quién se afeitaría con esa supuesta espuma dura?

«Su fórmula concentrada permite lavar HASTA 4 VECES MÁS, dejando un agradable olor.» ¿Hasta 4 veces más que qué? ¿4 veces más que un mandril? ¿4 veces más que la mierda de producto que me vendíais antes? ¿4 veces más gastando 4 veces más producto? ¡Comparádmelo con algo! O mejor no. Porque luego lo estropeáis. Como con aquel anuncio de zumos, en los que el narrador, muy convincente decía: «Usted puede encontrarse en el supermercado con el ZUMO A, con el 5% de zumo, o el ZUMO B, con el DOBLE de zumo.» ¡Guau! Gracias. Qué exceso de zumo, el 10%, no sé si podré con tal concentración.

«Son un aperitivo recomendado por la calidad de su contenido nutritivo y biológico.» Contenido biológico. Ahá. Como normalmente la gente se come cosas no biológicas, pues es bueno destacar ese aspecto.

En fin, mis queridos y amados lectores, no nos dejemos engañar con bonitas palabras, porque luego no significan nada.