Como ya sabéis los que conocéis la palabra que no se puede escribir, las respuestas a las consultas lingüísticas a la RAE pueden ser un poco desconcertantes. Un lector, Paco, envió la siguiente consulta en febrero de 2007 sobre la definición de curiosidad:
Creía que era la «curiosidad» la que me movía cuando acudo al diccionario de la RAE para consultar el significado o la etimología de las palabras, pero para mi sorpresa descubro que lo que me empuja a ello es:
a) O el deseo de saber o averiguar lo que «no me concierne»
b) O un “vicio” que me lleva a inquirir lo que «no debiera importarme».
¿No es hora de introducir una corrección a estas definiciones?
La respuesta que obtuvo fue la siguiente:
Hemos transmitido sus comentarios al Instituto de Lexicografía, que es el departamento encargado de las revisiones y nuevas ediciones del diccionario académico. Si sus sugerencias se consideran acertadas, quedarán reflejadas en futuras ediciones del DRAE. Gracias por su colaboración.
Reciba un cordial saludo.
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Departamento de «Español al día»
Real Academia Española
Como podéis comprobar Paco todavía está a la espera de saber si su sugerencia «se considera acertada”.
El lema de la Real Academia Española es «limpia, fija y da esplendor». Las otras dos no sé, pero cuando la RAE fija algo, queda bien fijado.