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Sobre toponimia y coherencia

Este artículo está dirigido a todos aquellos que opinen que es ridículo decir en español:

London en lugar de Londres,

München por Múnich

Milano por Milán

– مصر‎ (masr) por Egipto

Den Haag por La haya

Köln por Colonia

– 北京 (pronunciado [peɪ˨˩ t͡ɕiŋ] no  /beɪˈdʒɪŋ/) por Pekín

Aachen por Aquisgrán

Todos estos topónimos y un largo etcétera tienen un nombre tradicional en español, por motivos históricos y de pronunciación (no se puede pronunciar con los fonemas limitados del español todos los de otras lenguas, hasta decimos París en vez de [paʁi] a la francesa).

Entonces, lo que a mí me parece ridículo es que a cierta parte de este colectivo de personas que opina así diga en castellano:

Ourense por Orense

A Coruña por La coruña

Lleida por Lérida

Girona [ʒiˈɾonə] por Gerona

Por poner un ejemplo. O incluso Sanxenxo por Sangenjo (cuando en castellano no existe el sonido /sh/ y además en gallego primitivo se escribía Sangenjo solo que la g y la j se pronunciaban como la x actual, en español no se hizo una mala traducción, ni una aberración lingüística, sino un intento de pronunciación o una transliteración).

Usar hablando español, el nombre en la lengua original solo es preceptivo, es decir obligatorio, para textos oficiales, que no más correcto, ni más idiomático en otras situaciones, sino, si cabe, lo contrario.

Yo solo pido coherencia en el habla, o todo en la lengua original (cueste lo que cueste pronunciarlo) o todo en la lengua en la que estés hablando.

Así mismo, en francés dicen Saragosse, en catalán La Corunya, en inglés Canary Islands, en gallego Xirona, en italiano Siviglia, etc.

La etimología de: Los días de la semana

dias de la semana

Como no podía ser de otra manera en la etimología de la semana, tengo que hablar de este tema tan común, y posiblemente conocido por todos (al menos en parte), el origen etimológico de los días de la semana.

Los días de la semana en griego

En muchas lenguas estas palabras hacen referencia a días consagrados a los dioses o a los astros que en cada cultura se asociaban con los mismos. Así en griego antiguo se decía (de lunes a domingo):

Hemera Selenes: día de Selena, diosa de la luna.

– Hemera Areos: día de Ares, dios de la guerra.

Hemera Hermou: día de Hermes, mensajero de los dioses, también guía de las almas.

Hemera Zeus: día de Zeus, el rey de los dioses.

Hemera Aphrodites, día de Afrodita, diosa del amor y la belleza.

Hemera Kronou, día de Cronus (no Chronos), dios de la cosecha y la agricultura.

Hemera Heliou, día del Helios, dios del sol.

Los días de la semana en latín y las lenguas romances

En latín, haciendo un calco semántico de la estructura griega y cambiando la deidad por su correspondiente romana:

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La etimología de: Mamá

Una de las primeras palabras que pronuncian todos los bebés es mamá. Pero no solo en español, sino que en prácticamente en todas las lenguas europeas los pequeños dicen algo parecido, fijaos en estos ejemplos.

Alemán: mama

Aragonés: mai

Bretón: mamm

Búlgaro: майка

Checo: matka

Eslovaco: matka

Francés: maman

Gallego: mai (nai)

Inglés : mum, mom

Italiano : mamma

Latín : mamma

Portugués : mãe

Rumano : mamă

Ruso: мáма

El parecido de esta palabra y la de otras muchas en todas las lenguas indoeuropeas llevó a los filólogos a conjeturar una lengua común de hace más de 6000 años a la que llamaron proto-indoeuropeo. Éste es un idioma reconstruido hipotéticamente que permite explicar estos curiosos parecidos interlingüísticos. Según esta teoría la sílaba ma inicial, común a todas las anteriores y a muchas más, significaría por tanto madre. Además las formas madre, mater, mother, Mutter, мать, etc. provendrían del proto-indoeuropeo  *méh₂tēr.

Lo que es más curioso todavía es que la palabrá mamá tiene muy pocas variantes en idiomas absolutamente alejados del indoeuropeo: en quechua se decía mama mucho antes de la llegada de los españoles; en coreano se dice omá; o en chino 妈妈 (ma ma).

Esta coincidencia seguramente es debida, como ya os habréis podido imaginar, a que los sonidos labiales son los más fáciles de pronunciar. De hecho, ocurre prácticamente lo mismo en muchas lenguas con la sílaba pa significando padre.